Las personas más agradecidas son más felices, gracias a Dios soy una d'ellas.
Aprendí a ver grandeza en lo simple, encuentro belleza en cada amanecer, en la sonrisa d'un niño, en el abrazo a mis padres, en las conversaciones con mi hija y mis
amigos, me gusta saborear el vino sorbo a sorbo, y disfruto del aroma del café. Me gusta mirar al cielo y contar estrellas, o simplemente contemplar la belleza inigualable de la luna, en todo lo bello encuentro a Dios el más grand'artesano y mejor arquitecto del universo, realmente el creador y gestor de todo lo bueno en mi vida.