Soy una
mujer en plena estación d'Otoño, que cree que, a nuestra edad tenemos derecho a buscar a quien nos acompañe a recorrer el camino que nos falta. Que sigo viva. Que no me espera, por todo hogar, las cuatro paredes de "Un Asilo". Como única ventana, es la luz d'un televisor, como única emoción, una partida de cartas o de dominó, como única compañía, el calor d'una mascota, y como única esperanza, esperar un nuevo día. Hoy bendigo mis años y los tomo como la experiencia más grata que se me ha permitido vivir. Honro mi existencia con sus primaveras, Otoños y el pronto invierno.