La sociedad tiene establecido sus propios criterios. Criterios fijos, la mayoría de ellos inmorales, excluyentes y despiadados.
O te adaptas a ellos, o te apartan sin pensarlo.
Todos escondidos bajo la hermosa máscara
de la hipocresía, con frases incluyentes
y doctrinas que son inalcanzables utopías.
Por ello busco personas auténticas, personas que no hayan perdido la esencia, sin prejuicios,
desprovistas de tanto ego, que valoren más la inteligencia que el físico. Personas que te hagan escapar (aunque sea por un rato) de esos criterios estéticos, cambiándolos por conversaciones profundas e interesantes.
Soy un
hombre que huye de la indiferencia que la sociedad padece. Un hombre que busca en la
amistad complicidad, hermandad, aventuras que recordar; en el
amor un rincón donde refugiarse de las mundanas maldades, el elixir de unos labios que lo desaten, la razón para perder la cordura.
