Después, el zorro permaneció callado mirando un buen rato al principito.
–¡Por favor!... domestícame –le dijo.
–Bien quisiera hacerlo –respondió el principito– pero no tengo mucho tiempo. He de
buscar amigos y conocer muchas cosas.
–Sólo se conoce bien lo que se domestica –dijo el zorro–.
Los
hombres ya no tienen tiempo de conocer nada; todo lo compran ya hecho, Y como en las tiendas no se venden
amigos, los hombres ya no tienen amigos. ¡Si quieres tener un amigo, entonces debes domesticarme! -
"El Principito", autor: Antoine de Saint-Exupéry