Me describo e identifico con un poema: acéptame tal cual soy, con mis aciertos y mis miserias; con estas ganas locas de vivir como de morir a ratos. Acéptame tal cual soy, con esta risa desenfada que me asalta o con este mar de lágrimas que me ahoga. Así tan loca y tan cuerda, tan yo, tan singular. Abre tus brazos y apriétame fuerte para que sepa que me admites como soy, tan cálida como una tarde primaveral y otras veces tan fría e intolerable como noche d'invierno. Recíbeme como me ves, ángel o demonio según la ocasión; fuerte, impenetrable, explosiva o sumisa, débil, dominada. Así tan tuya y tan de nadie, tan yo... que ninguna persona se me asemeja, tan única y veraz, tan absolutamente yo, comprometida con lo que quiero y amo. Libre como una gacela en sus pensamientos y tan presa como animal en cautiverio con mis sentimientos. Acéptame como soy, esta
mujer que carga con un mundo d'ilusiones y frustraciones, con sueños inacabados, con un
amor intenso para dar sin límites ni condiciones. Acéptame tal cual soy y ves, y si no me aceptas con mis blancos y negros, sin grises ni términos medios... deja caer tus brazos y déjame pasar.