Un día la casualidad me pondrá delante de una
mujer extraordinariamente dulce de la que me enamoraré como un cadete; por ella decidiré armarme caballero para conquistar su
amor y dedicar el resto de mi vida a luchar por su felicidad. Cuando esté delante de mi dama, cuando me transmita toda su bondad y su inmensa capacidad de amar, cambiré la espada y la armadura por el laúd y la rosa para entretenerla y divertirla.