Solo hoy sacrifica tus llamadas personas hacia personas que están fuera de ahí - pero sí,
haz llamadas a tu gente y escucha, escucha, escucha.
Es todo un arte; escuchar implica humildad y aceptación,
amor y respeto.
Cuando realmente escucho, no solamente oigo, estoy diciendo al otro lo cuanto me importa su existencia.
Aprende a escuchar y verás como todos te van a escuchar también.
Una palabra cualquiera puede ocasionar una discordia.
Una palabra cruel puede destruir una vida.
Una palabra amarga puede provocar odio.
Una palabra brutal puede romper un afecto.
Una palabra agradable puede suavizar el camino.
Una palabra a tiempo puede ahorrar un esfuerzo.
Una palabra alegre puede iluminar el día.
Una palabra con amor y cariño puede cambiar una actitud.
¡ELIJAMOS BIEN UNA PALABRA, HOY!
Porque con una palabra podemos perder o ganar un amigo.
