Cuando llegas a tus 35 y pasas más : Ya no buscas “noviazgo” como en la adolescencia.
Buscas un compañero de vida.
Alguien que entienda que tienes responsabilidades, sueños que te exigen tiempo y una vida de adulto que no siempre es fácil.
Que valore que, entre el trabajo, las metas y el caos diario, eliges compartirte con esa persona porque ahí te sientes en paz.
Que no salga corriendo al primer problema y que, en lugar de rendirse, quiera construir contigo algo sólido, bonito y real.