Heme aquí nuevamente, dispuesto en cuerpo y mente para la aventura o desventura que deba seguir, sea persiguiendo quimeras y lanceando corazones que, en vez de gigantes, terminan siendo no más que meros molinos o bien conquistando al fin el
amor de mi Dulcinea del Toboso. Y para esta tarea hercúlea sostengo en una mano mi humanidad, abanderada por la nobleza (de corazón, que no de sangre; la mía corre roja), la sinceridad, la bondad, la madurez de espíritu, la sobriedad de carácter y una pizca de romanticismo salido de la caballeresca. En la otra mano no ofrezco nada más que la misma, extendida a aquella que la quiera y merezca para así poder montar juntos hacia poniente, como en el final de una película de vaqueros.
Por contra, no soy ni de lejos un
hombre perfecto. Tímido, tozudo, de fuerte carácter según qué teclas se toquen y con mi buena ristra de demonios interiores, pero ¿y quién no los tiene? :)
Ella debe ser una
mujer arrolladora que ya desde el primer día me tenga en vela pensándola y deseándola. Madura, cariñosa, sincera, llena de vitalidad, muy apasionada y sensual... Una mujer que tenga claro lo que quiere y que no le ponga trabas innecesarias al amor por simple deporte.
Estoy cansado de
mujeres dadas al dramatismo constante, también conocidas como "Drama Queens". Si eres una de ellas, te sugiero pases de largo.
P. d. : ahora llevo el pelo "corto"...
P.d. 2: no respondo a perfiles SIN FOTO